Mié. Oct 30th, 2024
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Ucrania se acerca al segundo aniversario de la invasión a gran escala que Rusia inicio el 24 de febrero de 2022 con la necesidad acuciante de recibir más munición y sistemas de defensa aérea, al tiempo que trata de desarrollar un ejército de drones para tratar de compensar sus carencias de armamento.

Más munición y sistemas de defensa aérea fue precisamente la petición que más escuchó el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, en su visita el martes y miércoles de esta semana a Ucrania.

Lo oyó de boca del presidente Volodímir Zelenski, pasando por el primer ministro, Denís Shmigal; el ministro de Exteriores, Dimitró Kuleba, y el de Defensa, Rustem Umérov, y los jefes de los grupos políticos de la Rada Suprema, con quienes se reunió antes de pronunciar un discurso en ese Parlamento unicameral.

Ucrania necesita municiones con urgencia para tratar de mover la estancada línea del frente y, aunque agradece la multimillonaria ayuda financiera, militar y humanitaria facilitada por la UE, echa en falta el millón de municiones que esperaba haber recibido en total en marzo. Le han entregado hasta ahora el 52 % y las previsiones son que a final de año se llegue a 1.155.000 municiones.

Y no solo eso, insistió Borrell durante sus comparecencias públicas en Kiev, sino que la UE ha ayudado a Ucrania con 88.000 millones de euros (94.854 millones de dólares al cambio de hoy), de los cuales 28.000 millones han ido destinados a armamento. Ahora ha comprometido otros 50.000 millones para cuatro años de ayuda macrofinanciera y está trabajando para aumentar el apoyo militar en 2024 con otros 5.000 millones más.

Ha formado a 40.000 militares ucranianos y tiene planificado formar otros 20.000 más de aquí al próximo verano.

«No solo tenemos que apoyar a Ucrania el tiempo que haga falta, sino en lo todo lo que sea necesario», repitió como un mantra a lo largo de esta semana el jefe de la diplomacia europea. Unas palabras que recuerdan a la famosa frase con la que el italiano Mario Draghi salvó al euro de la crisis que azotaba la moneda única en el verano de 2012 cuando era presidente del Banco Central Europeo.

Ello quiere decir, explicó Borrell, que no es solo una cuestión del tiempo, sino de la «calidad y cantidad de nuestros suministros», en un momento en el que Ucrania necesita urgentemente munición.

El suministro de municiones se puede hacer de dos formas: donaciones y exportaciones. Y, por otro lado, está «otra cantidad nada desdeñable» de munición que sale de la industria europea, que se esfuerza por vender a Ucrania mediante contratos comerciales, y que desde que empezó la guerra en Ucrania ha aumentado su producción un 40 %, señaló en una entrevista con EFE Borrell.

El también responsable de la Política de Seguridad de la UE consideró, por otra parte, necesario que los miembros de la UE revisen los contratos de exportación de sus empresas del sector de la defensa, ya que generalmente sus clientes son otros Estados.

Esa revisión que debe hacerse «en casa» no desde Bruselas, según el jefe de la diplomacia europea, que propone que se priorice redirigir esa producción a Ucrania.

«Llenar nuestras existencias y suministrar a Ucrania como prioridad» es, apuntó en la entrevista, la estrategia de la propuesta sobre un fondo de defensa de 100.000 millones de euros que el comisario de Mercado Interior e Industria, Thierry Breton, tiene previsto presentar próximamente.

Y sobre drones militares, en esta visita, Borrell pudo ir a fábricas en Kiev que lo dejaron «boquiabierto» por su capacidad de movilizar recursos tecnológicos y financieros para la guerra.

Varios expertos consideraron que la estrategia de crear una «armada de drones» puede, no solo compensar la falta de armamento, sino también dar un giro a la guerra.

Escenarios de la guerra en Ucrania

Los próximos meses son clave, ya que Rusia tiene la percepción de que puede ganarla, explicó el jefe del Departamento sobre Rusia en el Centro de Estudios Orientales (OSW) de Varsovia, Marek Menkiszak.

Menkiszak barajó cuatro escenarios, desde el más positivo para Ucrania, en el que recibe una fuerte ayuda militar y logra imponerse a finales de año o a principios de 2025.

El segundo es que Ucrania vaya perdiendo poco a poco territorio hasta las elecciones estadounidenses de noviembre próximo, en las que Rusia espera que gane el republicano Donald Trump y le facilite imponer sus condiciones de paz para quedarse con los territorios ya anexados.

El tercero es que Rusia inicie una gran ofensiva desde mediados de marzo, tras sus elecciones presidenciales, hasta julio, de manera que coincida con la 75 cumbre de la OTAN, que se celebrará en Washington entre el 9 y el 11 de ese mes.

Y el último es que Rusia haga un «enorme error de cálculo» y lancé sus ataques más allá de Ucrania.

«La mejor garantía de seguridad que podemos dar a Ucrania la Unión Europea es hacerlo miembro de nuestro club», concluyó, por su parte, Borrell.

Por dahemont

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