Por primera vez, países de los más diversos horizontes y representando a todas las regiones del mundo expusieron sus distintas visiones y preocupaciones frente a la guerra en Ucrania, en una conferencia internacional dedicada a reunir ideas sobre cómo embarcar a Rusia en negociaciones de paz.
El riesgo nuclear que tanto inquieta a Japón, la crisis alimentaria vivida en África por la interrupción de las exportaciones de cereales de Ucrania y de fertilizantes de Rusia, el aumento de los costes de las importaciones en Latinoamérica y la amenaza existencial que para los europeos representa esta guerra salieron a relucir en las intervenciones de una treintena de líderes políticos que acudieron a la cumbre celebrada en Suiza.
Cada quien -desde las perspectiva de su situación geográfica, de sus lazos comerciales o económicos con Ucrania o Rusia y de sus propias historias de conflictos y colonialismo- planteó cómo ven la salida de la guerra, que ha causado miles de muertes entre las fuerzas combatientes y varios miles en la población civil.
Estados Unidos volvió a garantizar a Ucrania que seguirá a su lado, apoyándolo económica y militarmente, reconociendo que “una paz justa” en Ucrania representa un “interés estratégico” no solo para Washington, sino también para el mundo.
En esa línea, la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, dijo que la propuesta lanzada en las últimas horas por el presidente ruso Vladímir Putin -relativa a que aceptaría un alto el fuego si Ucrania se retira por completo de los territorios que Moscú ocupa ilegalmentedemuestra “que él no busca negociar, sino una rendición” de los ucranianos.
La cumbre, que contó con una participación masiva de países europeos, fue convocada por Suiza a petición del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien apeló a la multilateralidad y a la unidad global en torno a los principios de la Carta de Naciones Unidas para poner fin a la guerra y lograr una “paz justa”.
Los líderes políticos europeos coincidieron, de una u otra manera, en que no se puede dejar pasar la ambición de Rusia de quedarse con territorio ucraniano, pues la historia demuestra que ceder suelo por paz solo aumenta el apetito imperialista y el riesgo de agresiones a otros países.
No obstante, también hubo coincidencia en que no se puede aceptar que esta guerra se prolongue indefinidamente, “porque es peligroso y no es sostenible ni para Ucrania ni para Europa”, recalcó el canciller alemán, Olaf Scholz.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, animó a mantener el apoyo incondicional a Ucrania, porque la rendición que espera Putin “nunca ocurrirá”, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, consideró igualmente que solo con la ayuda de sus aliados Kiev podrá resistir a la capitulación.