Jue. Sep 19th, 2024
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La Casa Blanca ha sido extremadamente cuidadosa sobre los detalles que iba a compartir con la Administración de López Obrador y la opinión pública, consciente de que sus palabras podían impactar de lleno en la relación bilateral y en el mensaje que se enviaba al Cartel de Sinaloa tras la captura. Una de las lecturas a partir de la versión oficial, ante la insistencia de Washington y México de que la captura los tomó por sorpresa, es que los únicos que sabían cómo habían acabado en Estados Unidos eran los narcos involucrados: Zambada y Guzmán López. La mesa estaba servida para el último golpe mediático de El Mayo. Tal como hizo tras la detención, Zambada aprovechó los vacíos en la narrativa que ambos Gobiernos no quisieron o no pudieron llenar.

Una cascada de reacciones han seguido a la publicación de la misiva. La Fiscalía de Sinaloa confirmó el mismo sábado que José Rosario Heras López, el jefe policial que supuestamente cuidaba las espaldas de El Mayo, sí trabaja para la Policía de Investigación de Sinaloa y que se encontraba de vacaciones del 14 al 30 de julio. Dijo, sin embargo, que mantenía el robo de la camioneta como principal móvil del asesinato de Cuén. Las autoridades ministeriales revelaron un video este martes en el que se muestra el momento en que una motocicleta se acerca a la camioneta en la que viajaba el político, según el testimonio de su acompañante. Los hombres abrieron la puerta del vehículo, mientras estaba detenido en una gasolinera, y se fueron del lugar, según las imágenes captadas por una cámara de seguridad.

La Fiscalía General de la República (FGR) atrajo el caso y señaló el domingo que ya indagaba las afirmaciones de Zambada, con diligencias en los sitios y las personas aludidas. En ese mismo comunicado, la FGR afirmó que había abierto una carpeta de investigación contra ambos narcos con delitos como “traición a la patria” y “lo que resulte”, dos frases tan ambiguas que arrancaron una sonrisa a López Obrador en La Mañanera de este lunes.

Ni las autoridades ministeriales ni el Gobierno federal han podido ofrecer un relato preciso y distinto a lo que plantea El Mayo sobre lo que sucedió. López Obrador sí dejó claro que se había molestado por las versiones que vinculaban a Rocha, uno de los gobernadores de Morena, con el narco, sobre todo ante la insistencia de sus rivales de que existe un “narcogobierno”. “Llegamos [al poder] con la moral en alto, no llegamos dejando trozos de dignidad en el camino, no nos ayudaron los narcotraficantes ni los criminales de cuello blanco”, argumentó el presidente. “No somos corruptos”.

Por dahemont

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