Vie. Nov 22nd, 2024
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Las afirmaciones de Ismael Zambada García sobre su captura en Estados Unidos siguen haciendo olas en México. Andrés Manuel López Obrador salió en defensa del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, después de que El Mayo asegurara en una carta que iba a reunirse con él y con el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén, el día en que fue supuestamente emboscado y llevado contra su voluntad a Estados Unidos. El asesinato de Cuén se dio a conocer horas después de la detención del capo y de Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán, en Estados Unidos. En pleno escándalo por los señalamientos del capo, que han echado gasolina a las sospechas sobre los vínculos entre el crimen organizado y los políticos mexicanos, el presidente planteó la tesis de que hay un interés entre algunos sectores estadounidenses de menoscabar la credibilidad de su Gobierno. “Durante mucho tiempo han mantenido esa estrategia de buscar involucrar a gobiernos de otros países para mantenerlos débiles y someterlos. No es el presidente Trump, no es el presidente Biden, es el modus operandi de la política estadounidense desde hace más de 200 años”, afirmó en La Mañanera de este lunes. “No somos corruptos”, zanjó.

Los señalamientos de Zambada, un capo al que se le atribuye una extensa red de contactos en la política y las fuerzas del orden, han cimbrado el tablero político en México. Rocha Moya desmintió de forma tajante estar involucrado con el narco, fundador y jefe histórico del Cartel de Sinaloa, el mismo día en que Frank Pérez, el abogado de El Mayo en Estados Unidos, hiciera pública una carta con la versión de su cliente. “Fue un acto de congruencia y de mucho valor civil, además es su responsabilidad”, dijo López Obrador. El bloque gobernante cerró filas con un comunicado firmado por 30 mandatarios estatales electos y en funciones de Morena, el movimiento del presidente. “Ratificamos nuestra confianza en el gobernador Rocha Moya, cuya probidad y vocación de servicio están más que acreditadas”, se lee en el desplegado, difundido esta misma mañana. Mario Delgado, el dirigente del partido, también suscribió el pronunciamiento y dijo que el respaldo era “absoluto”.

López Obrador dedicó alrededor de una hora a fijar su posición frente al escándalo, el último giro en la polémica que ha seguido a la inesperada caída de El Mayo el pasado 25 de julio. El presidente reconoció que la sospechas sobre Rocha Moya afectan también a su Gobierno y aseguró que en el caso “intervienen muchos intereses” del otro lado de la frontera ante el viraje que propone en la estrategia para combatir al crimen organizado. “El pueblo de México no es sumiso y se echó a andar una transformación, un cambio verdadero. Hay grupos en Estados Unidos que no quieren entender eso, que antes era como antes y ahora es como ahora y siguen queriendo meterse y someter, socavar”, afirmó. “Llegamos con la moral en alto, no llegamos dejando trozos de dignidad en el camino, no nos ayudaron los narcotraficantes ni los criminales de cuello blanco”, agregó.

Por dahemont

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